
Trabajamos el exterior equilibrando el interior.
Las arrugas, manchas, lunares, hoyuelos, cicatrices y demás signos que aparecen en la piel son señales indicativas de posibles desordenes internos, o debilidades.
Esta técnica nos permite estudiar el rostro para detectar esas debilidades y actuar reflexológicamente para regular el interior y conseguir que se recupere la armonía, induciendo al cuerpo a un proceso de auto-regulación natural, a la vez que se van mejorando, visiblemente y desde la primera sesión, las arrugas, manchas y demás signos.